Editorial

Crisis en Atacama: estudiantes rehenes

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En la medida que se conocen más antecedentes sobre la situación que acontece en Atacama y que tiene a cerca de 30 mil alumnos sin clases desde hace más de dos meses, crece la preocupación no sólo por la situación de esos jóvenes y el daño que esta paralización les provocará, sino también por las crecientes fallas estructurales que está exhibiendo la reforma educacional discutida años atrás y que ahora está en implementación paulatina.

A la evidencia de una deficiente gestión de la operación y mantenimiento de la infraestructura educativa se agregan situaciones sustancialmente graves, como es el pago de remuneraciones de octubre pasado a funcionarios que no han trabajado durante los últimos dos meses, en el contexto de una huelga absolutamente ilegal.

Crece la preocupación por las fallas estructurales en la reforma educacional discutida años atrás, hoy en implementación paulatina.

Ahora bien, en cualquier tipo de organización social, si el prestador de un servicio deja de entregarlo o deteriora su calidad de manera notoria, evidentemente los usuarios verán las alternativas de reemplazo. En este caso, para las familias afectadas la alternativa es la educación particular subvencionada, en donde tampoco debe pagar la colegiatura, al igual que en los colegios del SLEP (Servicios Locales de Educación Pública).

Sin embargo, la regulación vigente para este sector establece que el reconocimiento de un colegio que pide subvención por primera vez sólo se autorizará si existe demanda insatisfecha en ese mismo territorio, lo cual es determinado por el mismo Ministerio. Esto es claramente una barrera a la entrada, ya que, de aplicarse igual regla, por ejemplo, en las telecomunicaciones, nunca hubiera existido WOM, empresa que, gracias a la portabilidad numérica, logró captar personas que encontraron en su nueva oferta, el atractivo suficiente para abandonar su proveedor original.

De esta manera, el Ministerio de Educación, a través del SLEP, puede administrar de manera deficiente los servicios educacionales que le presta a los alumnos de Atacama, sin temor a que se produzca una emigración masiva hacia los colegios particulares subvencionados, ya que controla la oferta de estos últimos, mantenido a esos alumnos de rehenes, sin posibilidades de elegir una mejor alternativa frente al desastre del cual han sido víctimas.

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